DICCIONARIO MÉDICO

Sodio

¿Qué es el sodio?

El sodio es un elemento químico esencial para la vida y tiene un papel crucial en la fisiología humana. Este catión, representado por el símbolo Na en la tabla periódica, es el principal ion positivo presente en el líquido extracelular del cuerpo humano, y contribuye a regular varias funciones corporales, incluyendo la presión arterial, el volumen de fluido corporal, el equilibrio ácido-base y la transmisión de impulsos nerviosos.

En el organismo, el sodio existe principalmente como ion de sodio (Na+). La concentración de sodio en el fluido extracelular normalmente se mantiene dentro de un rango estrecho, aproximadamente 135-145 milimoles por litro (mmol/L), a través de diversos mecanismos homeostáticos. Este equilibrio se mantiene principalmente a través de la interacción entre la ingesta y excreción de sodio, con la participación de los riñones y la acción de hormonas como la aldosterona, la vasopresina y el péptido natriurético.

El sodio desempeña un papel vital en la generación y conducción de impulsos nerviosos en las células neuronales. El potencial de acción, que es una rápida inversión y restauración del potencial de membrana, depende en gran medida del gradiente de sodio a través de la membrana celular. La entrada y salida de iones de sodio a través de canales de sodio específicos es lo que permite el inicio y propagación de estos potenciales de acción.

También es esencial para la contracción muscular, incluyendo el músculo cardíaco y esquelético. Al igual que en las neuronas, los cambios en la concentración de sodio dentro y fuera de las células musculares contribuyen a la generación y propagación de potenciales de acción que desencadenan la contracción muscular.

El sodio también está estrechamente involucrado en la regulación del volumen de fluido corporal y la presión arterial. A través del mecanismo de "donde va el sodio, va el agua", el sodio ayuda a controlar el volumen de sangre y el equilibrio de fluidos en el cuerpo. Cuando los niveles de sodio en la sangre son altos, el cuerpo retiene más agua, lo que puede llevar a un aumento en el volumen de sangre y, por lo tanto, en la presión arterial.

Por otro lado, los niveles bajos de sodio en la sangre, una condición conocida como hiponatremia, pueden causar una variedad de síntomas, que pueden variar desde náuseas y confusión hasta convulsiones y coma, dependiendo de la gravedad de la hiponatremia. Por otro lado, la hipernatremia, o niveles altos de sodio en la sangre, puede llevar a la deshidratación y puede afectar el funcionamiento del cerebro y otros órganos.

Dado el papel central del sodio en la fisiología humana, no es sorprendente que las alteraciones en su equilibrio puedan estar asociadas con una variedad de condiciones médicas. Por ejemplo, una ingesta excesiva de sodio se ha asociado con un aumento en el riesgo de hipertensión, una de las principales causas de enfermedades cardiovasculares. Por otro lado, algunas enfermedades, como la insuficiencia cardíaca, la cirrosis hepática y ciertos tipos de enfermedades renales, pueden conducir a la retención anormal de sodio y agua, lo que resulta en la expansión del volumen de líquido corporal y la aparición de edema.

Es importante señalar que el manejo de las condiciones relacionadas con el sodio debe ser cuidadoso y basado en una evaluación clínica detallada, ya que tanto la sobrecarga como la deficiencia de sodio pueden tener consecuencias graves. Por ejemplo, en el tratamiento de la hiponatremia, una corrección demasiado rápida de los niveles de sodio puede llevar a una condición llamada mielinólisis pontina central, una enfermedad del cerebro que puede causar daño neurológico permanente.

En términos de Nutrición, la principal fuente de sodio en la dieta es la sal, también conocida como cloruro de sodio. Aunque una cierta cantidad de sodio es necesaria para la salud, la mayoría de las personas en el mundo occidental consumen mucho más sodio del que necesitan, principalmente a través de alimentos procesados y comidas para llevar. Por esta razón, una de las recomendaciones dietéticas más comunes para la prevención y el manejo de la hipertensión arterial y las enfermedades cardiovasculares es la reducción del consumo de sodio.

Por último, el sodio también juega un papel en la función renal, actuando como una señal para varios aspectos de la función renal, incluyendo la filtración glomerular, la reabsorción de solutos y agua, y la regulación del flujo sanguíneo renal. Los riñones son responsables de filtrar el sodio de la sangre y de reabsorber la cantidad adecuada según las necesidades del cuerpo. Los riñones también excretan sodio en la orina como parte del proceso de mantener el equilibrio del sodio.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

¿Quiere estar al día sobre temas de salud?

Reciba el boletín de la Clínica para estar al día de novedades y avances médicos

La información proporcionada en este Diccionario Médico de la Clínica Universidad de Navarra tiene como objetivo principal ofrecer un contexto y entendimiento general sobre términos médicos y no debe ser utilizada como fuente única para tomar decisiones relacionadas con la salud. Esta información es meramente informativa y no sustituye en ningún caso el consejo, diagnóstico, tratamiento o recomendaciones de profesionales de la salud. Siempre es esencial consultar a un médico o especialista para tratar cualquier condición o síntoma médico. La Clínica Universidad de Navarra no se responsabiliza por el uso inapropiado o la interpretación de la información contenida en este diccionario.