DICCIONARIO MÉDICO

Síndrome cervical superior

¿Qué es el síndrome cervical superior?

El síndrome cervical superior, también conocido como síndrome del vértice cervical o síndrome de la articulación occipitoatlantoaxial, es una afección médica que surge debido a la irritación o disfunción en la región superior de la columna cervical, que comprende la unión occipitocervical y las dos primeras vértebras cervicales: el atlas (C1) y el axis (C2). Esta región superior de la columna cervical tiene una anatomía y función únicas, permitiendo gran parte de la rotación y flexión de la cabeza. Las estructuras anatómicas de esta región son esenciales para movimientos de cabeza y cuello, y también protegen importantes estructuras nerviosas y vasculares.

El síndrome cervical superior puede ser causado por una variedad de condiciones, que van desde traumatismos, como los accidentes de tráfico o las lesiones deportivas, hasta enfermedades degenerativas, procesos inflamatorios y tensiones musculares crónicas. Los síntomas pueden variar, pero a menudo incluyen dolor de cabeza y de cuello, mareos, visión borrosa, tinnitus, náuseas, dificultad para tragar, sensaciones de presión en la cabeza, fatiga y en algunos casos, alteraciones en la coordinación y el equilibrio. Los síntomas pueden ser agravados por movimientos específicos de la cabeza y el cuello, y pueden ser aliviados por la inmovilización o el reposo.

El diagnóstico del síndrome cervical superior se basa en la evaluación clínica que incluye la historia del paciente, el examen físico y las pruebas de imagen, como las radiografías, la tomografía computarizada y la resonancia magnética. Estas pruebas pueden ayudar a identificar anormalidades anatómicas o patológicas en la región superior de la columna cervical que podrían estar causando los síntomas del paciente.

El tratamiento del síndrome cervical superior puede implicar una combinación de intervenciones, que pueden incluir medicamentos para el dolor y la inflamación, fisioterapia para mejorar la movilidad y la fuerza, técnicas de relajación y estiramientos para reducir la tensión muscular, y modificaciones del estilo de vida, como ajustes ergonómicos. En casos severos o refractarios a las terapias conservadoras, puede ser necesaria la cirugía para corregir las anomalías anatómicas y aliviar la presión sobre las estructuras neurales o vasculares.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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