DICCIONARIO MÉDICO

Rabia

¿Qué es la rabia?

La rabia es una enfermedad zoonótica de origen viral que se transmite a los humanos a través de la mordedura, rasguño o lamido sobre piel lastimada de un animal infectado. Es causada por el virus de la rabia, que pertenece a la familia Rhabdoviridae y al género Lyssavirus. Este virus se multiplica inicialmente en las células musculares cercanas al lugar de la inoculación y posteriormente penetra en las terminaciones nerviosas periféricas. Desde allí, avanza hacia el sistema nervioso central (SNC) donde provoca una encefalitis aguda que, en la mayoría de los casos, resulta fatal si no se administra el tratamiento adecuado a tiempo.

La incidencia de la rabia en humanos ha disminuido considerablemente en muchas regiones del mundo gracias a la vacunación sistemática de animales domésticos, sobre todo perros, y a la aplicación de medidas de control en animales salvajes. No obstante, aún persisten focos endémicos en varias áreas, principalmente en países en desarrollo de Asia y África.

Los principales vectores de la rabia son los mamíferos. Si bien en muchos lugares del mundo son los perros la principal fuente de infección para los seres humanos, en áreas como América del Norte, los murciélagos son a menudo el principal reservorio y vector del virus. La saliva del animal infectado contiene una alta concentración del virus, lo que facilita su transmisión al morder. Además de la transmisión por mordedura, hay registros, aunque infrecuentes, de transmisión del virus a través de trasplantes de órganos o tejidos y por inhalación de aerosoles en laboratorios y cuevas con gran concentración de murciélagos infectados.

Los síntomas iniciales de la rabia en humanos pueden ser inespecíficos y se asemejan a los de muchas otras enfermedades virales. Estos síntomas incluyen fiebre, malestar general y cefalea. A medida que el virus se propaga por el sistema nervioso central, aparecen síntomas neurológicos más característicos, que varían según la forma clínica de la enfermedad. La forma furiosa de la rabia, que es la más común, se caracteriza por signos de hiperactividad, comportamiento errático, hidrofobia y, finalmente, convulsiones. El paciente puede entrar en coma y fallecer a los pocos días debido a parálisis. La forma paralítica, que representa aproximadamente el 20% de los casos en humanos, es menos dramática y suele ser mal diagnosticada. Esta forma lleva a una parálisis que comienza en el sitio de la mordedura o rasguño y avanza, finalmente resultando también en la muerte del paciente.

El diagnóstico de la rabia se basa en la presentación clínica y se confirma mediante pruebas de laboratorio. Las técnicas más utilizadas son la detección del antígeno viral en muestras de piel, la detección de anticuerpos neutralizantes y la identificación del ARN viral mediante técnicas de PCR.

La rabia es una enfermedad prevenible. Una vez que los síntomas se manifiestan, el resultado es casi siempre fatal. Sin embargo, si se administra una serie de vacunas inmediatamente después de la exposición al virus, antes de que aparezcan los síntomas, es posible prevenir la enfermedad. La profilaxis postexposición incluye una combinación de inmunoglobulina contra la rabia y una serie de vacunas. Es esencial buscar atención médica inmediatamente después de una mordedura o rasguño de un animal potencialmente rabioso.

En cuanto a la prevención, la vacunación de animales domésticos y la eliminación de animales callejeros son medidas esenciales. La educación pública sobre la importancia de evitar el contacto con animales salvajes, así como la importancia de buscar atención médica inmediata después de una mordedura, son cruciales para la prevención de la rabia en humanos.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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