Parotidectomía superficial

¿Qué es la parotidectomía superficial?

La parotidectomía superficial es un procedimiento quirúrgico especializado que implica la extirpación parcial de la glándula parótida, la más grande de las glándulas salivales. Este tipo de cirugía es frecuentemente necesaria en casos de tumores benignos o malignos que afectan a la glándula parótida, así como en ciertas condiciones inflamatorias o infecciosas. La precisión y delicadeza de este procedimiento son cruciales, dada la proximidad de la glándula parótida a estructuras vitales como el nervio facial.

La glándula parótida se ubica en la región preauricular, extendiéndose hasta el ángulo mandibular. Está dividida en dos lóbulos, superficial y profundo, separados por el nervio facial. La parotidectomía superficial implica la extirpación del lóbulo superficial, requiriendo un cuidadoso manejo del nervio facial para evitar su daño, lo que podría llevar a complicaciones significativas, incluyendo parálisis facial.

El procedimiento se inicia con una evaluación prequirúrgica exhaustiva, que incluye historial médico del paciente, exámenes físicos, y estudios de imagen como la resonancia magnética (RM) o la tomografía computarizada (TC), para determinar la extensión exacta del tejido afectado. La técnica quirúrgica seleccionada dependerá de la ubicación y tamaño del tumor o de la lesión, así como de la relación del mismo con el nervio facial.

Durante la cirugía, se realiza una incisión en la piel sobre la glándula parótida. La técnica quirúrgica requiere una disección meticulosa para separar el lóbulo superficial de la glándula de las estructuras circundantes, incluyendo el nervio facial. El cirujano utiliza técnicas microquirúrgicas para preservar la integridad del nervio y minimizar el riesgo de lesiones. Una vez extirpado el tejido afectado, se cierra la incisión con suturas, que pueden ser removidas después de algunos días.

La recuperación postoperatoria es un aspecto crucial en la parotidectomía superficial. Los pacientes pueden experimentar dolor, inflamación y hematomas en el área de la cirugía, que generalmente se manejan con medicamentos para el dolor y medidas de cuidado local. Es fundamental el seguimiento postquirúrgico para evaluar la función del nervio facial y la cicatrización de la herida. Además, en casos de tumores, se puede requerir un análisis histopatológico para determinar la naturaleza exacta del tumor y decidir sobre tratamientos adicionales si fuera necesario.

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