DICCIONARIO MÉDICO

Paratifoidea

¿Qué es paratifoidea?

La fiebre paratifoidea es una enfermedad infecciosa sistémica causada por bacterias del género Salmonella, específicamente por las especies Salmonella paratyphi A, B y C. Se caracteriza clínicamente por la aparición de fiebre, malestar general, dolores abdominales y, en algunos casos, erupción cutánea. Esta enfermedad comparte muchas similitudes con la fiebre tifoidea, aunque generalmente presenta un curso clínico más leve. Sin embargo, su importancia radica en su potencial para causar brotes significativos y su resistencia creciente a múltiples antibióticos.

Epidemiológicamente, la fiebre paratifoidea se observa con mayor frecuencia en regiones con saneamiento deficiente y acceso limitado a agua potable segura. Los viajeros que se dirigen a áreas endémicas también corren un riesgo elevado. La transmisión ocurre principalmente a través de la ingesta de alimentos o agua contaminados con las heces de una persona infectada. La infección puede ocurrir también por el contacto directo con un portador asintomático, lo que subraya la importancia de las medidas de higiene personal en la prevención de la enfermedad.

Clínicamente, el período de incubación de la fiebre paratifoidea varía de 1 a 10 días, tras lo cual se desarrollan los síntomas. La fiebre es un síntoma prominente y suele ser alta y continua. Otros síntomas comunes incluyen dolor de cabeza, debilidad, anorexia, y dolores musculares. Los dolores abdominales y la diarrea son comunes, aunque en algunos casos puede presentarse estreñimiento. Una característica distintiva, aunque no constante, de la fiebre paratifoidea es la aparición de una erupción cutánea de pequeñas manchas rosadas, principalmente en el tronco y el abdomen.

El diagnóstico de la fiebre paratifoidea se realiza generalmente mediante el cultivo de la bacteria a partir de muestras de sangre, heces o médula ósea. Dada la similitud de sus síntomas con otras enfermedades febriles, el cultivo bacteriano es crucial para un diagnóstico definitivo. Los hemocultivos son positivos en la mayoría de los casos durante la primera semana de la enfermedad. Las pruebas serológicas, como la reacción de Widal, también se utilizan, aunque su especificidad y sensibilidad son limitadas.

El tratamiento de la fiebre paratifoidea se basa en el uso de antibióticos. Los medicamentos de elección han sido tradicionalmente la ampicilina, el trimetoprim-sulfametoxazol y las cefalosporinas de tercera generación. Sin embargo, la emergencia de cepas resistentes a múltiples fármacos ha complicado el manejo de esta enfermedad. En áreas con altas tasas de resistencia a los antibióticos, se recomienda el uso de fluoroquinolonas, como ciprofloxacino o levofloxacino. El tratamiento temprano y adecuado reduce significativamente el riesgo de complicaciones y la mortalidad asociada a la enfermedad.

Las complicaciones de la fiebre paratifoidea pueden incluir hemorragia intestinal, perforación intestinal y peritonitis secundaria. En casos raros, pueden ocurrir complicaciones neurológicas, como encefalitis o meningitis. La detección temprana y el tratamiento adecuado son esenciales para prevenir estas complicaciones graves.

La prevención de la fiebre paratifoidea es fundamentalmente a través de la mejora del saneamiento y el acceso a agua potable segura. Las medidas preventivas incluyen la higiene personal adecuada, especialmente el lavado de manos, y la manipulación segura de los alimentos. La vacunación contra la fiebre tifoidea, aunque no protege específicamente contra la fiebre paratifoidea, puede ser beneficiosa en áreas donde ambas enfermedades son endémicas, ya que comparten vías de transmisión similares.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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