Nutrición artificial domiciliaria

La nutrición artificial tiene dos etapas, la del hospital y la domiciliaria. En la fase domiciliaria es fundamentel realizar un seguimiento.

Esta técnica tiene una serie de beneficios como es la reducción de los costes en comparación con los que supone una asistencia hospitalaria, una mejora notable en el estado psicosocial del paciente y una mayor sensación de bienestar con similares garantías de seguridad y eficacia en el hospital.

¿Quién puede recibir nutrición artificial domiciliaria?

Para que el paciente pueda recibir nutrición artificial domiciliaria debe cumplir una serie de criterios:

  • Duración prevista del soporte nutricional superior a dos semanas.
  • Incapacidad para reunir los requerimientos nutricionales por vía oral.
  • Ausencia de la necesidad de cuidados hospitalarios.
  • Comprobación de la tolerancia a la nutrición en el hospital.
  • Deseo del paciente y/o de la familia para continuar la nutrición artificial en el domicilio.
  • Que sea beneficioso desde el punto de vista de calidad de vida.
  • Posibilidad de disponibilidad de las unidades de nutrientes y equipos necesarios de forma ambulatoria.
  • Posibilidad de apoyo y monitorización después del alta

¿Cómo se realiza?

El programa de nutrición artificial domiciliaria se desarrolla en distintos periodos:

1. Durante la hospitalización del paciente:

Una fase de selección del soporte nutricional específico a realizar, así como la colocación de la vía de acceso más conveniente y la elección del método de administración de la nutrición artificial.

Una fase de adaptación de dicho soporte a las circunstancias propias del paciente en su domicilio.

Por último se realizará la fase de educación o entrenamiento.

2. Cuando el paciente ya está en su domicilio:

Esta fase consiste en el seguimiento y monitorización de dicha nutrición.

  • Es necesario algún tipo de seguimiento a domicilio que valore la adaptación del paciente al sistema, así como la tolerancia y las complicaciones que puedan surgir.
  • Debe incluirse una serie de mediciones periódicas del peso, parámetros antropométricos y datos bioquímicos (glucosa en sangre, niveles de proteínas, niveles de vitaminas...) que den una idea de la eficacia y adecuación del soporte nutricional que se realiza.
  • También, por parte del paciente o del cuidador, es importante que valoren diariamente la colocación correcta de la sonda, control de la ingesta, cambios en la cantidad o consistencia de las heces, modificaciones en el volumen de diuresis... datos que avisen de posibles complicaciones.