Planear las vacaciones

Con la llegada del verano, también regresan las vacaciones. Hasta hace unos años esas vacaciones prácticamente venían circunscritas a un tiempo muy concreto y con unas posibilidades de diversión muy reducidas. Ahora bien, no por ello la calidad del descanso era mala.

Sin embargo, en la actualidad, las opciones son muchas más, pudiéndose hacer un planteamiento más a la carta de las vacaciones.

Las vacaciones tienen un objetivo fundamental, favorecer una actitud de descanso que permita la recuperación física y psíquica. Esa recuperación es necesaria tras un período laboral que se ha prolongado a lo largo de meses aunque se haya visto interrumpido de forma ocasional por otros momentos de vacaciones. Durante ese período es habitual que se haya producido un cierto desgaste, que será mayor en algunas personas.

De todas formas, ese planteamiento de las vacaciones de verano como un tiempo para descansar ha cambiado mucho en las últimas décadas. Hace años, ese verano se aprovechaba simplemente para romper la rutina habitual y facilitar ese descanso, mientras que en estos momentos, con la existencia de una mayor disponibilidad de recursos económicos, junto a la globalización que se ha producido también en esta materia, ha hecho que las vacaciones tengan otras facetas.

Son bastantes personas las que aprovechan estas vacaciones para probar nuevas experiencias, así como para realizar una serie de actividades que aparentemente no pueden hacer durante el período laboral. Por todo ello, existen diversos planteamientos a la hora de planificar las vacaciones, desde uno más "clásico" hasta otros revolucionarios.

Planificar un tipo de vacaciones u otro, con todas las combinaciones y matices que pueden haber, dependerá del planteamiento de cada persona. Para ello, conviene saber responder a algunas preguntas como:

  • ¿En qué medida necesito un verdadero descanso?
  • ¿Cuál es mi estado físico y psíquico antes de las vacaciones?
  • ¿Qué provecho quiero sacar de este período de tiempo?
  • ¿De qué medios económicos dispongo?

Es evidente que las vacaciones habitualmente se relacionan con el descanso. Esta faceta es crucial para aquellas personas que han padecido una situación de estrés o desgaste. El cuerpo humano tiene una capacidad limitada para enfrentarse a un esfuerzo continuo.

Esta resistencia debe regenerarse continuamente, pero si el gasto realizado supera esa capacidad de recuperación, es inevitable que se produzca una merma constante en las facultades físicas y psíquicas.

No considerar el verano como una ocasión para conseguir esa recuperación podría ser peligroso en estas personas, aunque también sería importante plantear la posibilidad de enseñarles a calcular sus fuerzas y mejorar esa capacidad de recuperación, no sólo en verano, sino también a lo largo de todo el año.

Cada vez parece haber más preocupación sobre como sacar más provecho de las vacaciones. Obtener ese rendimiento dependerá de los objetivos planteados. Para algunas personas conseguir un período de descanso durante el que poder seguir un ritmo de vida tranquilo y tener tiempo libre para las aficiones puede ser suficiente.

En cambio, para otras personas sacar partido a este período vacacional, supone poder realizar viajes u obtener experiencias que no pueden conseguirse durante el resto del año. De todas formas, conviene en todo caso no hacer planteamientos irreales de las vacaciones.

Esos planteamientos desencadenan pensamientos de frustración o desencanto a la hora de vivir ese período vacacional o volver a la vida ordinaria. Para una persona que ha sufrido un desgaste físico o psíquico, es suficiente un planteamiento relajado de las vacaciones durante las cuales prima esa recuperación.

En cambio, para las personas que desean romper una rutina o buscar un estímulo, son más planteables unas vacaciones que incluyan algún tipo de viaje o la posibilidad de adquirir nuevas experiencias. El aprovechamiento de las vacaciones dependerá de los objetivos que hayamos establecido.

Conseguir un tiempo para relajarse puede ser suficiente mientras que para otras personas sea necesario optar por la posibilidad de vivir otras experiencias.

Para muchas personas existen dudas a la hora de decidirse por unas vacaciones tranquilas o movidas. Las vacaciones tranquilas no tienen por que necesitar de grandes desplazamientos o la realización de planes extraordinarios. Esas vacaciones tranquilas tienen su propio ritmo, con un horario más relajado que el adoptado durante el período laboral.

Aquí prima el descanso como tal, así como seguir un estilo de vida más relajado. Decidir vivir este tipo de vacaciones tiene sus ventajas, como que el organismo se adapta con facilidad, se consigue un descanso físico y psíquico, se obtiene una gran cantidad de tiempo libre para iniciar o desarrollar aficiones y se tiene la gran oportunidad de mejorar las relaciones con otras personas del ámbito familiar o social.

Las personas con problemas de salud se pueden beneficiar de estas vacaciones. Las vacaciones movidas suponen en cierta forma un esfuerzo, necesitando el organismo seguir un ritmo que en ocasiones puede ser igual o más trepidante que el desarrollado el resto del año.

Es cierto que las posibilidades de diversión son más amplias, pero también el desgaste físico y económico. La motivación que se obtiene con esas vacaciones para muchas personas compensa el esfuerzo realizado y, de esa forma, se obtiene una sensación de descanso.

Esas vacaciones para algunas personas pueden parecer justificadas, aunque se debe andar con precaución no buscando en ellas de forma excesiva una motivación, ni realizando planteamientos muy agotadores.

Conseguir un buen descanso no requiere grandes inversiones o un planteamiento radical de ese período de vacaciones. Para los que desean unas vacaciones más tranquilas, es suficiente con seguir un ritmo de vida tranquilo, dedicando más tiempo al descanso físico y siguiendo un horario más relajado.

En ese horario está más representado el tiempo libre, momento ideal para practicar o iniciar aficiones. Esas vacaciones tranquilas deben tener un contenido y ofrecer una satisfacción que mejora la sensación de descanso psíquico (aunque para ello puede ser suficiente huir del estrés diario).

Existen opciones para practicar ese descanso físico y psíquico fuera del lugar habitual de residencia. En este sentido la oferta ha aumentado considerablemente, habiendo opciones por ejemplo de acudir a balnearios o lugares de descanso similares (incluyendo el turismo rural).

Los balnearios ofrecen la posibilidad de conseguir los beneficios de las diferentes terapias que suelen aplicarse en esos lugares. Hay terapias que emplean el agua, el barro, la temperatura e incluso la homeopatía. Por desgracia, a veces el esfuerzo económico puede ser excesivo, aunque de todas formas aquellas personas con un desgaste físico y psíquico intenso resultan beneficiadas.

Para algunas personas las vacaciones suponen seguir un ritmo de vida trepidante en el que la diversión prima sobre todos los demás aspectos. Son vacaciones muchas veces fuera o lejos del lugar habitual de residencia, habitualmente en un ambiente que favorece ese estilo. Habitualmente se sigue un horario que rompe radicalmente con el realizado en el período laboral.

Este tipo de vacaciones se relaciona con frecuencia con un gasto económico considerable, así como con un estilo de vida muy diferente. Disfrutar de estas vacaciones, conlleva una cierta motivación así como el deseo de alejarse y olvidar la vida habitual que se realiza.

Muchas veces es difícil conseguir un descanso físico suficiente mientras que la sensación de agotamiento llega a ser importante obligando al organismo a seguir un ritmo de vida radicalmente distinto al que le cuesta adaptarse. Los viajes a lugares lejanos o con un programa de recorridos muy exigente es capaz de provocar una sensación de cansancio y estrés intensa, aunque la motivación de conocer lugares o culturas distintas para muchos lo compense.

Aunque se siga un horario exigente, habrá que evitar hacer unos planteamientos también muy radicales que sometan al organismo a un estrés considerable debido a que puede afectar incluso a las posibilidades de disfrutar de esas vacaciones.

Consejos antes, durante y después de las vacaciones

  • Planifique un lugar de vacaciones apto para toda la familia.
  • Deben suponer un periodo de tiempo de descanso.
  • Practique hábitos de vida saludables (ejercicio físico).
  • Mantenga un hábito dietético sano.
  • Intente mantener los mismos horarios.
  • Al finalizar las vacaciones vuelva progresivamente a la rutina.
  • Intente mantener las aficiones iniciadas durante el verano.
  • Cuando se incorpore de nuevo a su vida ordinaria mantenga un orden de prioridades.