Enfermedades de la conjuntiva

"Es importante no automedicarse en las conjuntivitis, ya que algunos tratamientos utilizados con frecuencia pueden tener efectos nocivos para determinados tipos de conjuntivitis o para otros cuadros inflamatorios que simulan una conjuntivitis (queratitis herpética, etc.)". 

DR. ÁNGEL SALINAS ALAMÁN
ESPECIALISTA. DEPARTAMENTO DE OFTALMOLOGÍA

La conjuntiva es una membrana casi transparente que recubre la parte blanca del ojo, la esclera, y también los párpados por su cara interior.

Su función es proteger de agentes externos al globo ocular aunque interviene también en la formación de componentes de la lágrima y en la defensa inmunológica del ojo.

La conjuntivitis es la patología más frecuente y tiene unas características comunes a todos sus orígenes, como son: el ojo rojo y el aumento de secreciones, distintas para cada tipo de conjuntivitis.

Las más frecuentes son las de origen vírico, con una clínica muy variable pero que suele ser muy florida, con inicio unilateral, haciéndose frecuentemente bilateral a los 3 a 7 días.

Se acompaña en ocasiones de edema importante del párpado. La secreción en este caso es acuosa pero posteriomente puede volverse algo más espesa. El tratamiento es sintomático porque no puede evitarse su evolución, que puede durar de una semana a un mes según la agresividad del virus.

¿Cuáles son los síntomas de problemas de la conjuntiva?

Algunos cuadros que a simple vista parecen conjuntivitis, pueden ser en realidad otras enfermedades oculares más importantes.

Se debe tener en cuenta si la agudeza visual se encuentra disminuida o si aparece un dolor intenso, lo cual indica acudir a un especialista en Oftalmología. 

Los síntomas más habituales son:

  • Dolor ocular.
  • Enrojecimiento ocular.
  • Picor ocular.
  • Secreción ocular.
  • Visión borrosa.

¿Tiene alguno de estos síntomas?

Puede que padezca una enfermedad de la conjuntiva

Tipos de enfermedades de la conjuntiva y su tratamiento

Generalmente, se produce en personas con otros tipos de alergias (rinitis, asma, dermatitis.etc.) y se asocian a alérgenos volátiles (polen, ácaros del polvo, etc.). Su inicio suele ser abrupto y bilateral con un síntoma principal que es el picor intenso, especialmente en el extremo interno (hacia la nariz) de la conjuntiva, picor que aumenta al frotarse. La secreción es acuosa o mucosa dependiendo de la intensidad.

El tratamiento consiste en la administración de colirios de antihistamínicos y/o corticoides.

La secreción es mucopurulenta y el comienzo algo más insidioso. El tratamiento suele ser efectivo con antibióticos en colirio.

En las conjuntivitis de difícil resolución o recurrentes, hay que pensar en un trastorno de la vía lagrimal o patología infecciosa de los párpados (blefaroconjuntivitis).

La conjuntiva es sensible a multitud de agentes externos y puede inflamarse por exposición a ellos.

Son muy típicas las inflamaciones de la conjuntiva relacionadas con la exposición, por ejemplo, al cloro de las piscinas, al aire acondicionado, al trabajo con ordenador, a colirios con conservantes, acompañando al ojo seco, etc.

El tratamiento en estos casos consiste en la evitación de los agentes tóxicos asociada a la administración de colirios lubricantes (lágrimas artificiales).

Esta frecuente lesión puede formarse en la conjuntiva bulbar adyacente al limbo en el lado nasal, o más tarde en el lado temporal. A la exploración podemos hallar unos depósitos elevados y amarillentos, que aumentan gradualmente de tamaño, hasta que lindan con la córnea, aunque no la invaden.

Desde el punto de vista histológico, están formadas por una degeneración elastótica de colágeno en la sustancia fundamental, adelgazamiento del epitelio y, en ocasiones, calcificación.

Es raro que sea necesario su escisión quirúrgica.

Esta lesión es más frecuente en climas cálidos y soleados y puede representar una respuesta a la sequedad crónica y a la exposición solar. En estas zonas, la lesión progresa pudiendo representar una amenaza para la visión.

A la exploración encontramos un área triangular elevada de conjuntiva bulbar, que invade activamente la córnea para producir síntomas visuales si se afecta el área pupilar o si genera astigmatismo. Suele ser bilateral, afectándose con mayor frecuencia el lado nasal del área interpalpebral.

El examen del borde principal y del cuerpo del pterigión demuestra si hay actividad en la lesión, según el grado de dilatación vascular en el centro del mismo.

Está indicado la extirpación quirúrgica si la lesión progresa hacia el eje visual, o bien en el caso de que produzca molestias importantes.

El índice de recidiva es elevado sobre todo en países con un gran nivel de exposición solar.

Los tumores de la conjuntiva son bastante infrecuentes y pueden plantear problemas de diagnóstico cuando aparecen. La diferenciación clínica entre afecciones benignas y neoplásicas, puede  resultar difícil basándose en un simple examen.

Para determinar la evolución de las lesiones puede ser útil realizar observaciones repetidas durante un período con la ayuda de fotografías seriadas.

En muchos casos será necesario realizar una biopsia para llegar a un diagnóstico.

¿Dónde las tratamos?

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