TDAH, un problema que empieza en la infancia

El TDAH, más conocido como “Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad”, es una alteración neurobiólogica que afecta a los niños y se caracteriza por la hiperactividad, problemas de atención y comportamiento impulsivo

En la actualidad, entre el 5 y el 7% de los niños padecen este trastorno y aunque entre un 40 y un 60% de ellos seguirá teniendo alguno de los síntomas en la edad adulta, con un diagnóstico precoz sus complicaciones pueden prevenirse o, cuando menos, controlarse.

Este artículo pretende profundizar sobre algunas de las preguntas frecuentes sobre el TDAH y facilitar su detección precoz.

Preguntas frecuentes sobre el TDAH

1.- ¿EL TDAH es un invento y en realidad no existe?

El TDAH es una afección médicamente reconocida y ampliamente estudiada en el campo de la neurociencia y la psiquiatría. No es un "invento" ni una construcción ficticia. Numerosos estudios han demostrado las bases neurobiológicas y genéticas que subyacen en el TDAH, y los pacientes que lo padecen muestran síntomas reales y consistentes que afectan su calidad de vida.

No se trata de un trastorno nuevo, aunque el nombre ha cambiado históricamente. Desde 1987 se denomina TDAH, pero ya desde 1865 se conocía y está descrito. Entre un 2% y un 6% de la población la sufren, y sus síntomas son muy parecidos en diferentes culturas.

2.- ¿Son los padres los causantes de que su hijo tenga TDAH?

Muchas veces se suele pensar que los padres son los responsables de que sus hijos sufran el TDAH, pero no es más que un pensamiento erróneo y sin fundamento. El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad es un trastorno del neurodesarrollo y su origen es biológico, con un alto porcentaje de transmisión genética (75%).

Afecta a la capacidad de las personas que lo padecen de varias maneras:

  • Altera el nivel de actividad, por su componente hiperactivo.
  • Inhibe o frena ideas, pensamiento o comportamiento, por la impulsividad.
  • Altera la atención sobre las acciones, por la inatención.

Los niños afectados se encuentran con problemas serios de atención y concentración, una actividad inadecuada e impulsividad. Pero ello no es culpa de los padres, quienes en ocasiones no saben controlar al niño de modo eficaz. No es culpa de nadie.

3.- ¿Qué consecuencias tiene el TDAH en los niños?

En los pacientes con TDAH que no reciben tratamiento, éste puede producir un deterioro importante en su capacidad para desarrollarse tanto en el terreno académico, familiar y social, limitando las posibilidades presentes y futuras del menor. En el ámbito académico, debido a la dificultad para organizarse y prestar atención, tendrán gran dificultad para mantener un rendimiento académico acorde a sus capacidades reales, lo que conlleva un fracaso escolar: peores resultados académicos, repetición de curso, abandono de estudios, etc.

También se ve afectada su vida social y emocional por problemas en las relaciones con los compañeros por su impulsividad. Tienen pocos amigos y poco duraderos, a lo que contribuyen los fracasos repetidos en el colegio y el mal comportamiento. Esta situación puede desembocar en cuadros de depresión. Además, los niños con TDAH no tratados desarrollan comportamientos negativistas: desobediencia y desafío.

De cara al futuro, los adolescentes que no reciben tratamiento adecuado tienen más riesgo de empezar a fumar, beber alcohol y consumir drogas. Se pueden añadir otras complicaciones como embarazos a edades tempranas, accidentes de tráfico o menor progresión laboral y menor retención de un empleo.

Ofrecemos evaluación, diagnóstico y tratamiento en consulta para niños y adolescentes con problemas emocionales, del comportamiento y del desarrollo.

Nuestro objetivo es atender al niño y a su familia de manera práctica, rápida y eficaz, ofreciendo un servicio médico de alta calidad técnica y humana.

La entrevista y evaluación inicial es la parte más importante, aunque un seguimiento detallado es fundamental para lograr la recuperación del niño.

El objetivo es mejorar la situación general del niño y su relación con su entorno familiar, escolar y social, no sólo controlar los síntomas.

4.- ¿El TDAH desaparece en la edad adulta?

Aunque el TDAH afecta principalmente a los niños y algunos síntomas disminuyen y pierden intensidad con el paso de los años, hay otros como la inatención y, sobre todo, la impulsividad que persisten en adolescentes y adultos.

Un tercio de los niños con TDAH dejará de tenerlo antes de la adolescencia, la tercera parte dejará de tenerlo antes de la edad adulta, y el tercio restante seguirá teniendo TDAH incluso en la edad adulta. Por lo que se considera al TDAH un problema crónico que requiere manejo a largo plazo.

5.- ¿Quiénes son más propensos a padecer TDAH?

El TDAH afecta tanto a niñas como a niños, aunque sí que presentan algunas diferencias: puede pasar más desapercibido en las niñas, ya que suelen tener menor hiperactividad y negativismo, es decir, tienen un comportamiento menos desafiante.La repercusión académica en las niñas, por tanto, suele aparecer más tarde, en la Secundaria.  Presentan con menor frecuencia síntomas depresivos; pero más de ansiedad

6.- ¿A quién acudir ante síntomas de sospecha de TDAH en niños?

Para manejar correctamente el TDAH y prevenir sus complicaciones, se requiere un diagnóstico correcto y temprano. Los padres y el entorno escolar del niño son los primeros que pueden sospechar un TDAH.
El diagnóstico definitivo lo realizará un psiquiatra del niño o del adolescente, neuropediatra, psiquiatra general, o un psicólogo clínico. También un pediatra experto y formado en TDAH puede efectuar un diagnóstico inicial correcto e iniciar un tratamiento adecuado.

Cuando se confirma el diagnóstico, se debe diseñar un plan de tratamiento que incluirá tanto el uso de medicación, como apoyo psicosocial, del colegio y psicoeduación con la familia. Para ello, en muchas ocasiones es necesario contar con un abordaje multidisciplinar (psicólogos clínicos, enfermeras, pedagogos o profesores de apoyo, entre otros).

7.- ¿Qué tratamiento es más efectivo para el TDAH

El tratamiento principal para los síntomas llamados “nucleares” del Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) (inatención, hiperactividad e impulsividad), es el farmacológico. Los psicoestimulantes han demostrado su eficacia en la disminución del 70% de los síntomas del TDAH, reduciendo el movimiento, aumentando la capacidad de atención, facilitando la interiorización de instrucciones y, como consecuencia, disminuyendo la impulsividad.La medicación para el tratamiento del TDAH generalmente va acompañada de los tratamientos psicológicos que han mostrado ser bastante efectivos para tratar otros síntomas asociados al TDAH o mejorar las relaciones familiares o sociales. Éstos consisten en entrenar a los padres sobre el TDAH y el manejo de la conducta del niño. A éstos últimos se les suma el apoyo escolar, con técnicas de estudio, recuperando las áreas de especial dificultad o retraso del niño respecto a sus compañeros.

Por tanto, el tratamiento más eficaz combina medicación, psicoterapia conductual, entrenamiento a los padres y apoyo escolar.

8.- ¿Son la adicción y los problemas de crecimiento efectos secundarios de la medicación para el TDAH?

Uno de los efectos adversos más frecuentes es la pérdida de apetito, que suele afectar más a la comida del mediodía. A veces produce una pérdida de peso, pero no enlentece el crecimiento de los niños. En los últimos años, se han realizado múltiples estudios de investigación que tratan de aclarar si la medicación para el TDAH puede afectar al crecimiento de los niños. Según los resultados de estas investigaciones, los niños que comienzan con la medicación en edades tempranas y reciben dosis más altas, son los que más afectación tienen del peso y de la estatura o talla (pérdida de 1,5 kg y 0,5 cm de media). Estos efectos parece que tienden a atenuarse con el tiempo, es decir, la repercusión en el peso y la talla del niño es más evidente durante los primeros meses de tratamiento y disminuye a partir del segundo año.

De hecho, un estudio reciente a gran escala que incluye a más de 300 pacientes seguidos durante más de 25 años, concluye que en los adultos que habían sido tratados con estimulantes por TDAH, la talla final no se diferencia de la de las personas que no habían recibido tratamiento.

Por otro lado, se suele pensar que el metilfenidato produce adicción. Sin embargo, aunque químicamente es similar a la anfetamina, a dosis normales en TDAH y por vía oral no produce efecto euforizante. Es más, reduce el riesgo de que el niño en el futuro abuse de drogas, porque disminuye su impulsividad. No obstante, dosis altas de metilfenidato sí podrían causar efecto euforizante, por lo que en chicos que abusan de drogas o alcohol, debe controlarse cercanamente. Por tanto, son los padres quienes deben guardar y administrar la medicación.
La atomoxetina tampoco produce ningún efecto euforizante ni tiene riesgo de adicción.