DICCIONARIO MÉDICO

Volumen líquido extracelular

¿Qué es el volumen de líquido extracelular?

El volumen líquido extracelular (VLE) es un componente clave en la regulación del equilibrio hídrico y la homeostasis en el organismo humano. Este término hace referencia a la cantidad de líquido que se encuentra fuera de las células y está compuesto por dos partes principales: el líquido intersticial y el plasma sanguíneo. El VLE representa aproximadamente un tercio del agua total presente en el cuerpo humano y cumple funciones vitales en la distribución de nutrientes, la eliminación de desechos y la regulación de la presión arterial.

El líquido intersticial es la fracción mayoritaria del volumen líquido extracelular, ocupando alrededor del 75% de este, y se encuentra en los espacios entre las células y las fibras de los tejidos. Este líquido facilita el transporte de sustancias desde el plasma sanguíneo hacia las células y viceversa, y tiene un papel fundamental en la nutrición celular y la eliminación de productos de desecho del metabolismo celular.

El plasma sanguíneo, que constituye el 25% restante del VLE, es la parte líquida de la sangre y contiene proteínas, electrolitos, nutrientes y productos de desecho. El plasma sanguíneo es responsable de transportar oxígeno y nutrientes a las células y eliminar dióxido de carbono y otros productos de desecho, así como de mantener la presión arterial y el equilibrio ácido-base del organismo.

El volumen líquido extracelular puede verse afectado por diversos factores y condiciones patológicas, como la deshidratación, la insuficiencia cardíaca, la enfermedad renal crónica y el síndrome nefrótico. Un VLE alterado puede generar edema (acumulación de líquido en los tejidos), hipertensión arterial (presión arterial elevada) o hipovolemia (disminución del volumen sanguíneo circulante), lo que puede comprometer la función de diversos órganos y sistemas del cuerpo.

La evaluación del volumen líquido extracelular es esencial en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades que afectan el equilibrio hídrico y la función renal, como la insuficiencia renal aguda y crónica, la hipertensión arterial y los trastornos electrolíticos. La medición del VLE puede realizarse mediante técnicas de dilución, que implican la administración intravenosa de un indicador y la posterior determinación de su concentración en una muestra de sangre o de líquido intersticial. También pueden utilizarse técnicas de imagen, como la resonancia magnética y la ecografía, para evaluar el VLE y la distribución de líquidos en el cuerpo.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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