Virus influenza

¿Qué es el virus influenza?

Los virus de la influenza, también conocidos como virus gripales, son agentes infecciosos pertenecientes a la familia Orthomyxoviridae. Estos virus son responsables de la gripe, una enfermedad respiratoria aguda que afecta a seres humanos y animales. La gripe puede variar en severidad desde formas leves hasta cuadros graves que pueden llevar a hospitalizaciones e incluso la muerte.

Clasificación y estructura:
Los virus de la influenza se clasifican en cuatro tipos: A, B, C y D. Los virus de la influenza A y B son los principales causantes de epidemias estacionales en humanos, mientras que los virus de la influenza C causan infecciones leves y esporádicas. El tipo D afecta principalmente al ganado y no se considera un riesgo para la salud humana. Los virus de la influenza poseen un genoma segmentado de ARN de cadena negativa y una envoltura lipídica derivada de la membrana del huésped.

Los virus de la influenza A se subdividen en subtipos según las proteínas de superficie hemaglutinina (HA) y neuraminidasa (NA). Hasta la fecha, se han identificado 18 subtipos de HA y 11 subtipos de NA en virus de la influenza A. Los virus de la influenza B se dividen en dos linajes: Victoria y Yamagata.

Transmisión y patogénesis:
La transmisión de los virus de la influenza ocurre principalmente a través de la inhalación de gotitas respiratorias expulsadas por una persona infectada al toser o estornudar. También puede propagarse al tocar superficies contaminadas y luego tocarse la nariz o la boca. Los síntomas típicos de la gripe incluyen fiebre, tos, dolor de garganta, dolores musculares, fatiga, escalofríos y dolor de cabeza.

El virus de la influenza infecta las células del tracto respiratorio, replicándose y causando daño tisular. La respuesta inmunitaria del huésped puede contribuir a la inflamación y los síntomas asociados. Las complicaciones de la gripe pueden incluir neumonía, bronquitis, sinusitis y otitis media, así como exacerbación de enfermedades crónicas preexistentes.

Diagnóstico y tratamiento:
El diagnóstico de la gripe puede basarse en síntomas clínicos y pruebas de laboratorio, como la PCR en tiempo real y las pruebas de detección rápida de antígenos virales. El tratamiento temprano con antivirales como oseltamivir, zanamivir o baloxavir puede reducir la duración y la gravedad de la enfermedad. También se pueden administrar medicamentos sintomáticos para aliviar el malestar y la fiebre.

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