DICCIONARIO MÉDICO

Tromboembolismo pulmonar

¿Qué es el tromboembolismo pulmonar?

El tromboembolismo pulmonar (TEP) es un evento médico crítico que tiene lugar cuando un coágulo de sangre, conocido como trombo, se desprende y viaja a través del sistema circulatorio hasta los pulmones. Esta afección puede ser mortal si no se diagnostica y se trata de manera adecuada, por lo que resulta esencial comprender sus síntomas, factores de riesgo, diagnóstico y tratamiento.

El tromboembolismo pulmonar se produce cuando un coágulo de sangre, generalmente originado en las venas profundas de las extremidades inferiores, conocido como trombosis venosa profunda (TVP), se desprende y se desplaza hacia el sistema de vasos sanguíneos pulmonares. En el pulmón, el coágulo obstruye la circulación de sangre a una parte o la totalidad del órgano, lo que provoca una insuficiencia en la función pulmonar y potencialmente puede llevar a la muerte.

Los factores de riesgo para el tromboembolismo pulmonar son variados y pueden incluir la inmovilidad prolongada, como ocurre en viajes largos o en pacientes hospitalizados; cirugías recientes, especialmente de cadera o rodilla; enfermedades malignas; antecedentes familiares de tromboembolismo; embarazo y el periodo postparto; la utilización de anticonceptivos orales o terapia hormonal; y ciertas condiciones genéticas que predisponen a una mayor coagulación de la sangre. Cabe mencionar que tener uno o más de estos factores de riesgo no significa necesariamente que se desarrollará un TEP, pero sí aumenta la probabilidad.

Los síntomas del tromboembolismo pulmonar pueden variar en función de la magnitud de la obstrucción y el estado de salud general del paciente. Algunos de los síntomas más comunes incluyen disnea o dificultad para respirar, dolor torácico, tos, sudoración y palpitaciones. En casos graves, puede presentarse cianosis (coloración azulada de la piel debido a la falta de oxígeno), desmayo y shock.

El diagnóstico del tromboembolismo pulmonar es un proceso que implica una combinación de evaluación clínica, pruebas de laboratorio y técnicas de imagen. La sospecha clínica es el primer paso y se basa en la presencia de síntomas y factores de riesgo. Las pruebas de laboratorio, como la determinación de los niveles de dímero-D, pueden ser útiles para excluir la enfermedad, pero no son específicas. Las técnicas de imagen, como la angiografía pulmonar por tomografía computarizada (angio-TC) o la gammagrafía pulmonar, son fundamentales para confirmar el diagnóstico.

El tratamiento del tromboembolismo pulmonar tiene como objetivo primordial eliminar el coágulo de sangre existente y prevenir la formación de nuevos coágulos. Generalmente, se utilizan anticoagulantes, que son medicamentos que impiden la formación de coágulos. En casos graves, puede requerirse la utilización de trombolíticos, medicamentos que disuelven los coágulos, o procedimientos de embolectomía.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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