DICCIONARIO MÉDICO

Tos espasmódica

¿Qué es la tos espasmódica?

La tos espasmódica se refiere a una tos incontrolable y continua que puede ser desencadenada por múltiples factores y a menudo se acompaña de dificultades respiratorias y, en algunos casos, de vómitos. Esta tos suele ser seca y se produce en accesos o ataques, y puede ser tan intensa que interfiere con las actividades diarias del individuo.

La tos espasmódica puede ser un síntoma de varias afecciones médicas. Una de las causas más conocidas de la tos espasmódica es la tos ferina, también llamada pertussis, una enfermedad infecciosa muy contagiosa causada por la bacteria Bordetella pertussis. Esta enfermedad se caracteriza por episodios de tos espasmódica intensa que pueden ser tan severos que provocan dificultades para respirar, enrojecimiento facial, y en algunos casos, vómitos después de los accesos de tos.

Otras afecciones que pueden causar tos espasmódica incluyen el asma, una enfermedad crónica que causa inflamación y estrechamiento de las vías respiratorias, y la bronquitis crónica, una inflamación persistente de los bronquios, las vías respiratorias que transportan el aire a los pulmones. Ambas condiciones pueden provocar episodios de tos espasmódica, especialmente en respuesta a ciertos desencadenantes, como el humo del cigarrillo, el polvo, los cambios de temperatura y el ejercicio.

La tos espasmódica también puede ser causada por el reflujo gastroesofágico, una afección en la que el ácido del estómago regresa al esófago, irritando y dañando el revestimiento del esófago. Esta irritación puede desencadenar episodios de tos espasmódica. 

El diagnóstico de la tos espasmódica generalmente implica un examen físico y una historia clínica detallada. En base a los síntomas y la historia clínica, el médico puede solicitar pruebas adicionales, como pruebas de función pulmonar, pruebas de alergia, radiografías de tórax, o pruebas para detectar el reflujo ácido, para determinar la causa de la tos espasmódica.

El tratamiento de la tos espasmódica depende de la causa subyacente. En el caso de la tos ferina, se pueden recetar antibióticos para eliminar la bacteria. Para el asma y la bronquitis crónica, el tratamiento puede incluir medicamentos para reducir la inflamación y abrir las vías respiratorias, así como cambios en el estilo de vida para evitar los desencadenantes de la tos. Para el reflujo gastroesofágico, el tratamiento puede incluir medicamentos para reducir la producción de ácido en el estómago, cambios en la dieta y en algunos casos, cirugía.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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