DICCIONARIO MÉDICO

Síndrome cervicobraquial

¿Qué es el síndrome cervicobraquial?

El síndrome cervicobraquial, también conocido como síndrome de la costilla cervical o síndrome del escaleno, es una patología que tiene su origen en una condición anatómica poco común y que se manifiesta a través de una serie de síntomas clínicos principalmente localizados en el cuello, hombro y brazo.

Comprendiendo la anatomía básica del cuello y la región superior del tórax, uno puede apreciar la complejidad de esta área. Las primeras siete vértebras de la columna vertebral, denominadas vértebras cervicales, constituyen la estructura ósea del cuello. En casos excepcionales, puede existir una costilla adicional en esta región, denominada costilla cervical. Esta costilla, si está presente, generalmente se articula con la séptima vértebra cervical y la primera vértebra torácica. 

En un individuo saludable, los músculos escalenos (anterior, medio y posterior), que se extienden desde las vértebras cervicales hasta la primera costilla, tienen un papel crucial en la respiración al levantar la primera costilla y, por ende, expandir la cavidad torácica. Sin embargo, la presencia de una costilla cervical puede alterar la dinámica normal de estos músculos y otros tejidos adyacentes, resultando en el síndrome cervicobraquial.

Los síntomas del síndrome cervicobraquial suelen ser el resultado de la compresión de estructuras neurovasculares que se encuentran en el espacio entre la costilla cervical y los músculos escalenos. Este espacio, conocido como el triángulo interescalénico, alberga el plexo braquial y la arteria subclavia, estructuras vitales para el suministro nervioso y sanguíneo del brazo. Cuando estas estructuras se comprimen, los pacientes pueden experimentar una variedad de síntomas que incluyen dolor en el cuello, hombro y brazo, sensación de hormigueo o adormecimiento en el brazo y la mano, y en casos más graves, debilidad en los músculos del brazo y disminución del pulso en el brazo afectado. 

La variabilidad de estos síntomas puede hacer que el diagnóstico del síndrome cervicobraquial sea un desafío. La resonancia magnética y la tomografía computarizada son herramientas de imagenología útiles para identificar la presencia de una costilla cervical, aunque a menudo es una prueba de bloqueo escaleno, en la que se inyecta un anestésico local en los músculos escalenos, lo que permite confirmar el diagnóstico al aliviar temporalmente los síntomas del paciente.

El manejo del síndrome cervicobraquial puede implicar un enfoque conservador, que incluye medicación para el dolor, fisioterapia y, en algunos casos, inyecciones de esteroides para reducir la inflamación. Cuando estos enfoques no logran aliviar los síntomas, puede considerarse una intervención quirúrgica para extirpar la costilla cervical, liberando así el espacio interescalénico y aliviando la compresión de las estructuras neurovasculares.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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