DICCIONARIO MÉDICO

Renoscopia

¿Qué es la renoscopia?

La renoscopia o renoescopia es un procedimiento médico que permite la visualización directa del interior del sistema renal, en particular, de la pelvis renal y los cálices renales, utilizando un instrumento llamado renoscopio. Este procedimiento es de suma importancia en el campo de la urología, ya que permite el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de diversas patologías que afectan el sistema urinario superior.

Para empezar, es fundamental entender la anatomía del sistema renal para comprender la relevancia de la renoescopia. Los riñones son órganos vitales que se encuentran en la parte posterior del abdomen, a ambos lados de la columna vertebral. Su principal función es filtrar la sangre para eliminar sustancias tóxicas y desechos, regulando así la composición y volumen de la orina. La pelvis renal es la estructura en forma de embudo donde se recoge la orina producida por los riñones antes de ser transportada a través de los uréteres hacia la vejiga. Una vez en la vejiga, la orina se almacena hasta ser eliminada del cuerpo.

La renoescopia es un procedimiento invasivo que requiere una cuidadosa preparación y un alto nivel de experiencia por parte del especialista que lo realiza. Se lleva a cabo con el paciente en posición decúbito, ya sea supino o prono, dependiendo del acceso requerido. Antes de introducir el renoscopio, se realiza una dilatación cuidadosa del orificio ureteral con el objetivo de permitir el paso del instrumento.

El renoscopio es un tubo delgado y rígido equipado con una fuente de luz y una cámara en su extremo. Al introducirlo a través de la uretra y el uréter, se pueden obtener imágenes en tiempo real del interior del sistema renal. Estas imágenes son proyectadas en una pantalla, permitiendo al especialista visualizar cualquier anomalía o patología presente.

Una de las principales indicaciones de la renoescopia es la presencia de cálculos renales. Estos cálculos, también conocidos como piedras en el riñón, son formaciones sólidas compuestas de cristales minerales y sales que se forman en el interior del riñón o en cualquier parte del tracto urinario. Mediante la renoescopia, es posible localizar y extraer estos cálculos. En algunos casos, se utiliza una técnica llamada litotricia, que consiste en romper los cálculos en fragmentos más pequeños mediante ondas de choque, facilitando su eliminación.

Otras indicaciones de la renoescopia incluyen el diagnóstico y tratamiento de tumores renales, malformaciones del sistema renal, estrecheces o estenosis del uréter, y para obtener biopsias de tejido renal sospechoso. Además, es una herramienta valiosa para el seguimiento de pacientes que han sido sometidos a cirugías urológicas previas.

Como todo procedimiento invasivo, la renoescopia conlleva ciertos riesgos. Estos pueden incluir infecciones, sangrado, lesiones en el tracto urinario, perforaciones y reacciones adversas a la anestesia. Sin embargo, cuando es realizada por especialistas experimentados y en condiciones adecuadas, la renoescopia es un procedimiento seguro con una tasa de complicaciones baja.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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