DICCIONARIO MÉDICO

Radiación infrarroja

¿Qué es la radiación infrarroja?

La radiación infrarroja es una radiación cuya longitud de onda es superior a las que puede captar el ojo humano. Oscila entre 0,75 y 1.000 µm. Los rayos infrarrojos se subdividen en rayos de onda larga (entre 3 y 1000 µm) y de onda corta (entre 0,75 y 3 µm).

Se sitúa, pues, en el espectro electromagnético entre la luz visible y las microondas. Esta radiación es percibida por el ser humano en forma de calor, lo cual ha llevado a su amplia utilización en una variedad de aplicaciones médicas y terapéuticas.

En Medicina, la radiación infrarroja tiene una variedad de aplicaciones beneficiosas, que van desde la mejora de la circulación sanguínea hasta el alivio del dolor muscular y articular. Las propiedades térmicas de la radiación infrarroja son esencialmente las responsables de sus efectos terapéuticos. Al penetrar en la piel, la radiación infrarroja puede generar un aumento de la temperatura local, lo que promueve una serie de respuestas fisiológicas.

Por ejemplo, cuando se aplica radiación infrarroja en un área lesionada del cuerpo, se produce una dilatación de los vasos sanguíneos, lo que se conoce como vasodilatación. Este proceso facilita un mayor flujo de sangre hacia la zona afectada, lo que a su vez acelera el proceso de curación al proporcionar más oxígeno y nutrientes esenciales para la regeneración celular. Además, el calor generado por la radiación infrarroja también puede ayudar a relajar los músculos tensos, lo que contribuye al alivio del dolor.

Más allá de su uso para el tratamiento del dolor y la inflamación, la radiación infrarroja también tiene aplicaciones en el ámbito de la Dermatología. Se ha demostrado que la radiación infrarroja puede ser beneficiosa en el tratamiento de ciertas afecciones de la piel, como el acné, las cicatrices y las arrugas, al estimular la producción de colágeno y elastina en la dermis.

La termografía es otra aplicación médica de la radiación infrarroja. Es una técnica de imagen que utiliza cámaras infrarrojas para detectar patrones de calor en el cuerpo. La termografía puede ayudar a identificar áreas de inflamación, tumores y otros trastornos circulatorios, ya que las áreas problemáticas a menudo presentan patrones de temperatura distintos al tejido sano circundante.

En el contexto de la rehabilitación física, la terapia con infrarrojos es comúnmente utilizada para tratar lesiones musculoesqueléticas. Las lámparas de infrarrojos, por ejemplo, se emplean para proporcionar calor profundo a tejidos lesionados, ayudando a acelerar la recuperación y reducir el dolor.

Sin embargo, como con cualquier modalidad terapéutica, es fundamental utilizar la radiación infrarroja con precaución. A pesar de sus beneficios, una exposición prolongada o inadecuada puede causar quemaduras o daños en la piel. Por lo tanto, la formación adecuada y el uso cuidadoso son esenciales para garantizar un tratamiento seguro y efectivo.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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