DICCIONARIO MÉDICO

Quiste de Baker

¿Qué es el quiste de Baker?

El quiste de Baker, también conocido como quiste poplíteo, es una acumulación de líquido sinovial que se produce en la parte posterior de la rodilla, en un espacio llamado fosa poplítea. El líquido sinovial es una sustancia viscosa y transparente que lubrica y nutre las articulaciones. Sin embargo, en algunas condiciones, este líquido puede acumularse, formando una bolsa o quiste que puede causar incomodidad y limitar la movilidad.

Los quistes de Baker son más comunes en adultos mayores de 40 años y pueden estar asociados con afecciones que aumentan la producción de líquido sinovial, como la artritis reumatoide y la osteoartritis. También pueden desarrollarse en personas con lesiones en el menisco o el cartílago articular de la rodilla. Aunque no siempre presentan síntomas, cuando estos aparecen pueden incluir hinchazón y rigidez en la parte posterior de la rodilla, dolor al mover la rodilla o al mantenerla completamente flexionada, y, en algunos casos, una limitación en el movimiento de la rodilla.

El diagnóstico de los quistes de Baker se realiza a través de un examen físico, durante el cual el médico examina la rodilla en busca de hinchazón o protuberancias. Los quistes de Baker se pueden confirmar con una ecografía o una resonancia magnética, que proporcionan imágenes detalladas de las estructuras internas de la rodilla y pueden ayudar a determinar el tamaño del quiste y si hay alguna afección subyacente que podría estar contribuyendo a su formación.

El tratamiento de los quistes de Baker depende en gran medida de la severidad de los síntomas y de la afección subyacente. Si el quiste es pequeño y no causa síntomas significativos, puede no requerir tratamiento y el médico puede optar por monitorizarlo con el tiempo. En algunos casos, el quiste puede desaparecer por sí solo sin intervención médica.

Si el quiste causa dolor o limita la movilidad de la rodilla, el tratamiento puede incluir la administración de medicamentos antiinflamatorios para aliviar el dolor y reducir la inflamación, fisioterapia para mejorar el movimiento de la rodilla y la fuerza muscular, y la aspiración del líquido del quiste bajo guía ecográfica. En este último caso, la aspiración puede aliviar temporalmente los síntomas, pero el quiste puede volver a llenarse de líquido con el tiempo.

En casos donde el quiste de Baker es grande, causa síntomas significativos y no responde a otros tratamientos, o si existe una afección subyacente grave, puede ser necesario realizar una cirugía para eliminar el quiste. Esto generalmente implica un procedimiento llamado artroscopia, que utiliza pequeñas incisiones y una cámara diminuta para acceder a la rodilla y eliminar el quiste. Sin embargo, incluso después de la cirugía, los quistes de Baker pueden volver a formarse, especialmente si la afección subyacente no se aborda de manera adecuada.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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