DICCIONARIO MÉDICO

Quemadura de segundo grado

¿Qué es la quemadura de segundo grado?

Una quemadura de segundo grado, también denominada quemadura parcial espesor, es una lesión de la piel más severa que una quemadura de primer grado, que se produce cuando la exposición a una fuente de calor, químicos, electricidad o radiación es lo suficientemente intensa como para dañar no solo la epidermis, sino también la dermis, la capa de piel debajo de la epidermis.

Las quemaduras de segundo grado son reconocibles por la presencia de ampollas, un signo de que el daño ha penetrado más profundamente en la piel. La piel también puede aparecer roja, hinchada y brillante debido a la humedad que se filtra de las ampollas. Estas quemaduras son generalmente dolorosas, y la piel puede ser sensible al tacto. A diferencia de las quemaduras de primer grado, las quemaduras de segundo grado pueden tomar varias semanas para sanar y pueden dejar cicatrices.

Las quemaduras de segundo grado pueden ser provocadas por una variedad de fuentes, incluyendo agua caliente, llamas, contacto con objetos calientes, electricidad, productos químicos y radiación, incluyendo la luz solar intensa. El grado de daño a la piel puede ser influenciado por factores como la duración de la exposición, la intensidad de la fuente de calor, la ubicación de la quemadura, el grosor de la piel en el área afectada y la respuesta individual del cuerpo a la lesión.

El diagnóstico de las quemaduras de segundo grado se realiza a partir de la apariencia de la quemadura y la historia clínica del paciente, y normalmente no se requieren pruebas diagnósticas adicionales. En algunos casos, puede ser necesario un examen más detallado para determinar la extensión y la profundidad de la quemadura, especialmente si se está considerando el tratamiento quirúrgico.

El tratamiento de las quemaduras de segundo grado se enfoca en promover la curación, prevenir la infección, minimizar las cicatrices y controlar el dolor. Inicialmente, la quemadura debe enfriarse suavemente con agua fría corriente durante varios minutos. Es crucial no usar hielo, ya que puede causar más daño a la piel. Una vez que la quemadura se ha enfriado, se debe cubrir con un vendaje limpio y no adhesivo para protegerla. Se pueden utilizar analgésicos de venta libre para controlar el dolor.

Si la quemadura es grande, profunda o se encuentra en un área sensible como la cara, las manos, los pies, los genitales o una articulación, se debe buscar atención médica inmediata. Un profesional de la salud puede limpiar la quemadura, aplicar un vendaje especializado y proporcionar medicamentos para el dolor. En algunos casos, puede ser necesario realizar un injerto de piel para reemplazar la piel dañada y promover la curación. 

Es importante seguir las instrucciones de cuidado en casa proporcionadas por el profesional de la salud, que pueden incluir la limpieza diaria de la quemadura, el cambio de vendajes y la aplicación de cremas o pomadas antibióticas. Además, es vital proteger la quemadura del sol para evitar la decoloración de la piel y minimizar la formación de cicatrices.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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