Nutrición y cerebro

La glucosa puede encontrarse en los compuestos químicos denominados glúcidos (también llamados hidratos de carbono o carbohidratos). Existen 2 tipos de glúcidos:

  1. Glúcidos de absorción lenta, que se encuentran en alimentos como el pan, la pasta, los cereales y las patatas. Estos son recomendados y deben consumirse con frecuencia.
  2. Glúcidos de absorción rápida: dulces, bebidas azucaradas, etc. No es recomendable consumir muchos productos de esta categoría.

Nutrientes y cerebro

El metabolismo de las células del sistema nervioso requiere oxígeno y glucosa. Estos nutrientes son indispensables para su funcionamiento. Determinados alimentos son imprescindibles para la función del cerebro. Es el caso de la vitamina B1 o la B12 cuyos déficits se asocian a alteraciones graves en el cerebro y los nervios periféricos.

Ácidos grasos omega3

El exceso de grasas poliinsaturadas omega 6 es negativo y favorece el aumento de los denominados radicales libres que contribuyen al envejecimiento celular. Los ácidos grasos omega 3 son positivos por su efecto antioxidante. Además, ayudan a controlar el colesterol y aumentan la capacidad de dilatación arterial lo que contribuye a impedir la progresión de la aterosclerosis.

Vitamina B y cerebro

Las vitaminas B1-B6 y B12 tienen funciones clave en el funcionamiento del cerebro y, cuando no se ingieren en cantidades suficientes, producen enfermedades neurológicas graves.

La deficiencia de vitamina B12 causa anemia (con los síntomas normales de fatiga y apatía), puede producir trastornos de memoria y problemas de los nervios causando hormigueos y trastornos de sensibilidad. Los principales alimentos ricos en vitamina B12 de origen animal son las carnes en general y más concretamente alimentos como el hígado y los riñones. Los vegetarianos estrictos deben tomar suplementos de esta vitamina.

Es imprescindible para la síntesis de ácidos nucleicos y la reparación de la mielina que es una sustancia que recubre los nervios periféricos. La deficiencia de vitamina B1 causa una enfermedad denominada beriberi que se caracteriza, fundamentalmente, por problemas de sensibilidad en las extremidades.

En el cerebro, el déficit de esta vitamina puede causar enfermedades como la encefalopatía de Wernicke, que se caracteriza por un trastorno de memoria grave. Esta vitamina puede encontrarse en frutos secos, cereales, leguminosas, carnes (cerdo y vacuno) y huevos.

La vitamina B1 es imprescindible para que los hidratos de carbono y la glucosa puedan metabolizarse. Los déficit de vitamina B6 causan alteraciones en los nervios periféricos y se manifiestan por hormigueos en brazos y piernas y dermatitis. Esta vitamina puede encontrarse en germen de trigo, carnes (cerdo y vacuno) y vegetales.

Minerales y cerebro

Estas sustancias son necesarias también para el funcionamiento celular, facilitando la absorción de hidratos de carbono. En general, no hay carencias de estas sustancias porque pueden encontrarse en todos los alimentos y tampoco hace falta la toma de suplementos.

Sustancias "dañinas" para el cerebro

En general deben evitarse los hidratos de carbono de absorción rápida, el consumo de grasas saturadas o ácidos grasoso "trans" que incrementan los niveles de colesterol "malo" (LDL-colesterol), el consumo excesivo de sal (sobre todo en hipertensos) y el consumo excesivo de alcohol.

Deben realizarse comidas frecuentes, no muy abundantes, prestando especial atención a las verduras frescas, la fruta y los alimentos con proteínas sin grasa (pollo, pavo, ternera, conejo)