Recuperar la rutina tras las vacaciones

Adaptarse de nuevo a la rutina después del periodo vacacional es costoso para todos, tanto para los adultos (vuelta al trabajo, horarios, etc.) como para los niños (inicio del curso escolar, cambio de hábitos alimenticios, etc.).

Según los expertos, la clave para facilitar esta adaptación, tanto de niños como de adultos, es, fundamentalmente, una vuelta progresiva a la normalidad.

Los niños y la vuelta al colegio

El cambio de hábitos durante las vacaciones hace que la vuelta a la normalidad sea, para algunos niños, un cambio importante que produce ciertos trastornos temporales de adaptación.

Normalmente, el mayor cambio es el inicio del curso escolar, ya que supone adaptar de nuevo los horarios de sueño, volver a hábitos alimenticios más rígidos, etc.

Para evitar que los niños desarrollen un rechazo al colegio, como sucede en algunos casos, es aconsejable seguir unas pautas de adaptación:

  • El periodo de adaptación que ofrecen los colegios y guarderías evita una ruptura drástica con el periodo vacacional.
  • Para adelantar la hora de acostarse, es importante adelantar también los actos rituales que siempre se realizan antes (baño, cena...). Además, es conveniente crear un ambiente relajado y no realizar actividades físicas o juegos que alteren a los niños antes de dormir.
  • Utilizar pequeños trucos para motivar al niño y desviar su atención hacia elementos que le ilusionen (estrenar una nueva mochila, los libros, ver de nuevo a los amigos...).
  • Es conveniente no abusar de los premios, ya que estos tienen que ser algo extraordinario y no deben perder su capacidad de motivación. No obstante, pueden realizarse pequeños detalles como preparar al niño el almuerzo con el alimento sano que más le guste.
  • Si el rechazo al colegio persiste, es conveniente hablar con el responsable o tutor del niño para descartar problemas de aprendizaje, de agudeza visual y/o auditiva, etc. Recordemos que, en algunas edades, los niños no son capaces de contar lo que les pasa.

Consejos antes, durante y después de las vacaciones

  • Planifique un lugar de vacaciones apto para toda la familia.
  • Deben suponer un periodo de tiempo de descanso.
  • Practique hábitos de vida saludables (ejercicio físico).
  • Mantenga un hábito dietético sano.
  • Intente mantener los mismos horarios.
  • Al finalizar las vacaciones vuelva progresivamente a la rutina.
  • Intente mantener las aficiones iniciadas durante el verano.
  • Cuando se incorpore de nuevo a su vida ordinaria mantenga un orden de prioridades.

Síndrome postvacacional

Aunque el síndrome postvacacional no está actualmente tipificado como enfermedad, y tampoco se sabe a ciencia cierta si es una patología de creación ‘reciente’ como consecuencia de los hábitos de vida actuales o existía con anterioridad, es cierto que algunas personas sufren, tras las vacaciones, un deterioro de su bienestar que repercute en su calidad de vida.

Los síntomas de este síndrome pueden ser de diferente intensidad y forma, pero en pautas generales, pueden resumirse en los siguientes:

  • Es habitual padecer a la vuelta de vacaciones un cuadro de debilidad generalizada y astenia, así como problemas de insomnio que conviven con somnolencia durante el día.
  • Limitación de la capacidad de concentración y de tolerancia al trabajo (desidia, hastío).
  • Deterioro de las relaciones afectivas, familiares y profesionales.

Existen algunas situaciones que predisponen a padecer este síndrome:

  • Vacaciones largas, agotadoras o durante las que no se descansa adecuadamente.
  • Adaptación insuficiente al ámbito laboral, presente incluso antes de las vacaciones. Falta de motivación laboral.

Pero, ¿qué podemos hacer para que la vuelta a la rutina no nos resulte tan dramática? En primer lugar, es aconsejable iniciar durante los últimos días de vacaciones una vuelta progresiva a la rutina habitual, aunque no sea la rutina completa.

Por otro lado, es aconsejable tener aficiones que no estén ligadas a ninguna época concreta y que podamos practicar durante todo el año. Aunque no siempre es posible, un fraccionamiento de las vacaciones puede ayudar a que la incorporación sea menos traumática, ya que quedará el consuelo de los días que todavía quedan por disfrutar.

Asimismo, durante los primeros días de reincorporación a la actividad laboral, hay que evitar que la acumulación de trabajo retrasado nos bloquee e intentar organizar la mesa, organizar la agenda y establecer un plan de prioridades de las actividades pendientes.

No obstante, si a pesar de estas medidas persisten los síntomas, es aconsejable acudir a un especialista que aportará la ayuda necesaria, que en ocasiones podrá ser farmacológica.